El encargo surge principalmente por un problema que tiene el propietario en el recibidor de la casa, no le gustaban la cantidad de puertas que había en él. Además actuamos en las dos habitaciones infantiles y la habitación de matrimonio. La filosofía del proyecto, líneas muy sobrias y elegantes, y siempre jugando con tonos claros para dar luz a las estancias. Y el punto más divertido, la habitación de Maria, una niña encantadora, que tiene mucha ropa, de ahí crearle ese armario personalizado, solo para ella.